Hambre de ti en noviembre idealizado

Noviembre se marcha
con piedras desnudas y cristales
empañados;
con la savia petrificada
y las hojas amarillas de desidia;
con lápidas
cubiertas de un rocío
que bien pudiera ser
hijastro de la escarcha;
con escuetas sonrisas
acomodadas en bufandas:
desdén en las miradas
de los ojos llorosos y desnudos
en los tan abrigados rostros;
pasos presurosos que parece
que niegan un saludo
al despuntar la mañana.
La herrumbre de siempre
húmeda como nunca.
El derrumbe de las tardes
desplomándose en la noche
sin que nadie
tome nota.

Noviembre sin ti sin mí sin nadie
noviembre en la mesa, junto
al pan de la derrota…

Sin ti si mí sin nadie…

Y se cava un pozo en mi estómago
que alimenta la tristeza…
y que confundo con el hambre.