Estamos porque hemos venido, parece
una idiotez
lo que digo, pero digo
estamos porque hemos venido, y ya es mucho
que los jirones que nos hemos dejado en el tiempo, en
los bares (llorando), en los espejos del día después
(temblando), en el río
en que nos bañamos, y el vino
que esperaba a la salida, o el frío
de las largas noches en vela, que calaba
hasta los huesos; la hiel
y el cansancio, no han sido
suficientes
para que no vengamos
a este día.
Venimos, y acatamos la sentencia
del tiempo que nos queda
mirando
al futuro,
con esperanza y con decencia,
desnudos.
Desnudos, como nacimos.
Desnudos
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