Savia que se deshiela
volviendo a andar en círculos
bajo la corteza de plata mortecina,
como la claridad que emerge
a tientas desde la muerte
y puebla la mañana,
he visto las flores tomar
los tallos ayer dormidos
sin mesura y sin batalla,
con el solo ritual de la memoria
de un ciclo con los años ensayado:
pulpa de qué fruto acariciando qué boca.