Nunca más mis ojos mirarán
la misma cosa dos veces
aunque entre ellas distaran
horas, días o meses:
ni a la luna de la noche
ni al sol resplandeciente
ni a lo que ahora nace
ni a lo que luego muere.
Y nunca serán mis ojos lo mismo
después de conocerte
te miren como te miren
te sueñen como te sueñen
porque no hay dos tiempos iguales
ni iguales hay dos sienes:
que piensan siempre al otro
y dicen nunca y dicen siempre.
Y mis ojos, lo que miran, los que miran,
cansados están de saberse
vacíos; vacío el mundo:
tristes, grises e inertes.
Aunque también son esperanza
de que un tiempo mejor llegue
pleno; pleno el mundo:
alegres, mas allá de la muerte.
grande!
Muchas gracias Edu, esto del blog es una caja de sorpresas, nadie había dejado un comentario y no sabía muy bien cómo contestar. Gracias.