El tiempo barajando las vidas
la fría razón tratando de abrirse paso en nuestro pecho
la magia de la conciencia queriendo detener un segundo
la imagen, que como la niebla, fluye ante nuestros ojos.
El eco, el remordimiento y el caos
que con mentiras hemos domado,
o,
las cifras que se descuelgan del campanario
– vigilante -. El mundo
de los sueños,
la espuma suicida en el romper de las olas.
El vacío
el dolor
las dudas:
la vida, cuatro letras y un desorden
y el ancla del amor
frente al desfiladero de la muerte.