Es la hora más antigua…

Es la hora más antigua:
la noche esculpida en lápidas indiferentes,
variaciones de hechos en el éter confuso,
danza de sonidos, de fechas y de olores
familiarmente dispuestos

como siempre
    como siempre.

(¿Qué asombro arrancarle a la nada?)

¿Quién
quién acusa a su propia desgana?
¿Quién
quién busca en sus adentros el responsable?

¿De qué herida
    que creímos cosida
    – cerrada –
se escapa un haz de sombra funesto
    -por suerte leve –
anegando la madrugada?

¿Qué manos – cómplices –
acuden a cerrarla?

Las de siempre
    las de siempre.

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