El Jardín (Extracto de Construcción y Deconstrucción de la Nostalgia)

Hacia donde habita el olvido, la tarde muere. La risa queda marchita en la aurora del deseo. ¿Sabes? Ayer bebí el vino azul de tus labios. Pero no eran tuyos en aquel instante. Eran de otra y de tantas otras mujeres que en la sombra morían. Atravesé el portón que dividía el jardín en dos; escaleras rosáceas, había hormigas que circundaban mis pies desnudos. En alguna parte quedó tu boca secuestrada. Tarde de junio. Calor resplandeciente. Luz; el sol agobiante revolvía el tiempo ignoto. Crecía la adelfa en derredor de tu sombra. Una especie de recuerdo giraba en torno a tu existencia mientras el cristal dividía en mil fragmentos la luz de la tarde. La brisa traía tu fragancia desde el suelo hasta lo alto. Paseaban dos amantes a los lejos y las lentas sílabas zigzagueantes abarcaban el paisaje con su forma. Crujían las hojas secas a su paso engendrando la melodía que encerraba sus corazones. Camisa, lino fino, la piel se fundía con el horizonte, un sol que se imponía dando a su vez cuerda al recuerdo que germinaba en otro tiempo, eso,

eso es todo lo que tengo, antes
de que ceda mi vida,
antes de que la brisa bese el suelo,
antes de que dé mi último verso.

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